Un Ferrari con ruedas en mal estado compitiendo en el circuito de Cheste. Eso es un corredor que no se cuida los pies.
En otras ocasiones hemos hecho hincapié en la importancia que tiene analizar nuestra pisada y biomecánica de la carrera para evitar lesiones futuras, mejorar nuestro rendimiento deportivo y elegir unas zapatillas adecuadas a nuestras características tanto técnicas como físicas. Sin embargo, se hace también indispensable llevar acabo un adecuado mantenimiento “externo” de nuestras “ruedas”, es decir, revisar la piel y las uñas que conforman esa extraordinaria máquina de sustento que son nuestros pies.
Por todo ello, en este post citaremos algunas de las patologías más comunes que pueden darse en el corredor, su prevención y posible tratamiento.
Si cuando te duele un diente, consultas con un dentista, cuando tienes una infección en el oído, consultas con un otorrino, pues cuando tengas una infección o un problema en los pies ¡¡haz el favor de consultar con un podólogo!!!
Y cuando hablo de un podólogo, no me refiero al Dr. Scholl, este señor supongo que estará por Alemania, con lo cual, aunque posea buenas ideas para tratar ciertas afecciones, dudo que pueda diagnosticarte la tuya en concreto.
No es lo mismo un heloma que un papiloma, por lo que si tratamos a una de ellas con compuestos comerciales a base de ácido salicílico, podremos, como pasa generalmente, producirnos una quemadura o úlcera de cierta gravedad!!!
Lo primero que tenemos que tener en cuenta a la hora de evitar y controlar lesiones dérmicas de los pies es nuestro propio historial: si soy propenso a tener infecciones en otras partes del cuerpo, si sudo mucho, si tengo la piel reseca, si estoy bajo de defensas por déficits nutricionales o por estrés en el trabajo, si tengo propensión genética por el tipo de piel, por problemas de circulación o de la flora bacteriana que conforma mi piel…
Si tengo cualquiera de estos problemas, seguramente deba tener más cuidado con la “carcasa” de mis pies… Algunos de estos parámetros son controlables y tratables.
Por ejemplo, si sufro de hiperhidrosis, deberé cambiarme más a menudo de calcetines siendo estos 100% algodón, evitare tejidos sintéticos y deberé consultar con un dermatólogo o un podólogo que me receten algún medicamento o fórmula magistral a base de ácido bórico…
Si tengo la piel seca, tendré que hidratarme los pies con crema y si esta afección es importante, consultaré con un especialista que me recomiende alguna crema específica a base de urea.
Por otro lado, si soy propenso a infecciones continuadas, sería conveniente hacerse un análisis sanguíneo para ver que está fallando y consultar con un nutricionista que detecte dichos déficits e intente solventarlos con una dieta correcta.
Por último, si sufro de estrés, tendré que cogerme el siguiente avión a Cuba, pedirme un mojito nada más bajar y tumbarme en la playa para desconectar… otros, como la genética, habrá que saber convivir con ellos y aumentar los cuidados preventivos.
A continuación, vamos a hacer un repaso a los problemas dérmicos más comunes de los corredores.
No infecciosos
Hiperqueratosis –> Se trata de un engrosamiento de la piel por acúmulo de queratina en la epidermis. Son las llamadas durezas. Salen en sitios de hiperpresión y por falta de hidratación de la zona.
Para su prevención se hace imprescindible una correcta hidratación, una zapatilla adecuada y, en casos extremos, realizar un estudio de la pisada para observar zonas de máximas presiones. Una vez instauradas, visitar a un podólogo para su deslaminación.
Heloma –> Se trata de una hiperqueratosis con un núcleo central más duro que se introduce hacia niveles subdérmicos. Es el conocido por nuestras abuelas como “ojo de pollo”. Su único remedio es la prevención, o la exéresis por parte del podólogo.
Muy importante no utilizar tratamientos alternativos y no meternos nosotros mismos la cuchilla.
Ampolla –> Lesión epidérmica elevada en la que hay una pérdida de continuidad en la piel y líquido linfático (o agüilla coloquialmente) en su interior. Surge del roce.
Podemos evitarlo usando zapatos adecuados, calcetines sin costuras, hidratando la piel o usando geles o vaselinas en zonas problemáticas…
Si no hemos podido evitar su aparición, se debe pinchar y extraer el líquido del interior y aplicar yodo.¡¡No quitar la piel!!!
Hematoma subungueal–> Aparición de un hematoma por debajo de la lámina ungueal. Puede desencadenar en la pérdida de la misma. Muy normal en corredores de fondo. Se produce por fuerzas de estrés repetitivas y se da más en pronadores.
Para evitarlo es importante ponerse vaselina en la zona de fricción, comprarse zapatillas de running con un antepie ancho y un upper alto, y realizar un correcto atado de la misma*.
*La técnica sería coger un extremo del cordón y pasarlo desde el primer ojal en la zona interna hasta el séptimo de la zona externa, y el otro extremo ir cruzándolo como se hace de forma habitual.
Infecciones bacterianas
Queratólisis punteada –> Afectación del estrato córneo en el que se ven numerosas depresiones parecidas a helomas muy superficiales. Similar a cuando nos vemos las yemas de los dedos arrugadas tras estar mucho tiempo en el agua. Va acompañada normalmente de hiperhidrosis. Puede causar escozor y picor.
Se puede prevenir mediante el uso de un zapato más ancho, de antitranspirantes o fórmulas magistrales para el exceso de sudor y/o con jabones antisépticos.
Si ya está instaurada, acudir a un profesional para tratamiento tópico con ácido fusídico, mupirocina o incluso corticoides.
Infección micótica (hongos)
Tinea Pedis (Pie de atleta) –> Normalmente se localiza entre los dedos (zona interdigital). Se pueden observar fisuras o descamaciones de la piel así como posibles pustulas y vesículas en el arco plantar. Produce escozor y quemazón. Surge por infección directa (nunca olvidar las chancletas en sitios públicos como baños, duchas o piscinas…), por no secarse bien entre los dedos tras la ducha, por sudoración excesiva…
Como prevención se recomienda mantener seca y limpia la zona con jabones de ph neutro, así como evitar hipersudoración, ambientes húmedos por zapatos muy cerrados, enjuagarse bien en dicha zona para que no queden restos químicos…
Una vez producida, el tratamiento será tópico mediante cremas antimicóticas.
Onicomicosis –> Afectación micótica de la uña que hace que esta pierda su integridad física, se vuelva amarilla o se atrofie.
Es difícil de prevenir, pero evitar fuerzas por estrés constantes sobre ellas (golpes leves repetitivos) derivadas de un calzado demasiado corto, o de un upper (caña de la zapatilla) demasiado baja, así como mantener medidas higiénicas, pueden evitar su aparición.
Si surgen, se tratara mediante la aplicación de antifúngicos en laca.
Infección por virus
Papiloma plantar –> Se manifiesta en forma de verruga. Es importante diferenciarla bien de hiperqueratosis o de helomas comunes ya que el tratamiento. ¡¡NO ES EL MISMO!!
Es muy importante NO TRATAR EN CASA SIN SABER. NO PODÓLOGOS ALEMANES.
Normalmente duele al pellizco y no a la presión, no se observan dermatogrifos (son las líneas de la piel, serían el equivalente a las huellas dactilares) y van acompañadas de papilas (puntitos rojos).
Prevenirlo también es difícil. Se produce por contacto directo (hay que llevar chanclas, no compartir zapatos, cambiarse constantemente de calcetines…) o por tener las defensas bajas (menos trabaillar e mais samba; hay que nutrirse bien).
Existen numerosas patologías dérmicas que pueden afectar al atleta. En este artículo se ha intentado recoger las más habituales y molestas para el corredor, pero se recomienda siempre que en caso de duda no hagan caso de los anuncios de la tele y acudan a un especialista.
Será dicho profesional sanitario quien haga un diagnóstico adecuado, ya que muchas patologías pueden confundirse entre sí, y elegirá el mejor tratamiento posible para el cuidado de nuestros pies.
Es muy importante tener una buena prevención. Y eso no lo puede hacer el podólogo por nosotros.
Así que ya saben, REVISEN SUS NEUMÁTICOS.
Álex Cama
Podólogo de Sanus Vitae
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