El dolor lumbar es un problema de salud muy recurrente. Se estima que el 60-80% de la población sufrirá este problema en algún momento de su vida y, en la mayoría de los casos, el problema persistirá durante al menos 2-3 meses. Del mismo modo, se calcula que más del 80% de las veces el dolor lumbar no tienen un origen específico, aunque se relacionan con problemas musculo-esqueléticos. En este post vamos a explicar cómo mejorar e incluso dejar atrás este problema de salud con el ejercicio físico y el entrenamiento del core.

Como hemos indicado antes, el dolor lumbar puede tener diversas causas. Una de ellas es el debilitamiento de la musculatura abdominal, por ello, uno de los métodos más utilizados en ejercicio físico son los ejercicios de core para fortalecer la pared abdominal.

Otra de las causas son las alteraciones en el control neural de la musculatura, es decir, un patrón inadecuado o retrasado de activación muscular puede generar inestabilidad en el raquis y en consecuencia dolor. Un déficit en la activación del transverso del abdomen y el suelo pélvico también se relaciona con este dolor. Por último, un déficit en la movilidad de columna, en cualquiera de sus ejes de movimiento puede ser causa de dolor lumbar.

 

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Lo primero que debemos saber es que, cuando existe dolor lumbar, no debemos mantener reposo, ya que el dolor persistirá. Y entonces …¡¿qué hago?! Muy sencillo. Muévete. Los estudios científicos indican que la mejor manera de tratar este problema es el fortalecimiento de la musculatura del core (abdominal, oblicuos, transverso, suelo pévico, lumbar y estabilizadores de cadera) y la mejora de la estabilidad de la misma con ejercicios que propicien la coactivación de toda la musculatura. El ejercicio aeróbico también nos puede ayudar, pero siempre controlando el tipo y la carga aplicada al tipo de persona.

«Los estudios científicos indican que la mejor manera de tratar este problema es el fortalecimiento del core y la mejora en la estabilidad del mismo»

Como siempre, en entrenamiento, debemos tener presente la palabra «depende». Ya que no hay que aplicar siempre la misma intervención en personas diferentes a pesar de que el dolor sea similar y depende de en qué movimientos aparece el dolor, al cabo de cuánto tiempo…etc. Pero, sí podemos afirmar que una correcta intervención de fortalecimiento y estabilización del core generará patrones de movimiento y activación muscular correctos, aumentará la fuerza y la movilidad de las estructuras raquídeas y en consecuencia el dolor se mitigará.

Desde Sanus Vitae te animamos a que si padeces este dolor no lo dejes estar, trabájalo, ten iniciativa y mejora tu calidad de vida.

 

Jesús Adolfo Alarcón
Entrenador de Sanus Vitae