¿Cuantas veces hemos oído esta frase?

Llegas corto de kilómetros, deberías hacer mas tiradas largas, en la preparación de mi maratón estoy «reventando» Strava…

Y ahi es cuando entran los nervios, el pánico aparece y las dudas rondan tu cabeza.

Desde que empecé a formarme en el mundo del entrenamiento deportivo, tengo una máxima que siempre reina en todas las planificaciones de mis deportistas: «No se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor».

¿Esto que significa?
Que no por más kilómetros semanales o acabar más cansado cada sesión vamos a rendir más.

La mayoría de mis deportistas, como casi todos los deportistas amateurs, concilian vida laboral, vida familiar y deporte, por ello deben hacer malabares y equilibrios imposibles para sacar tiempo de entrenamiento y esas horas que dediquen a entrenar, debemos sacar el máximo rendimiento posible.

 

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En una planificación deportiva para pruebas de larga duración, no solo nos vamos a centrar en altos volúmenes, como algunos deportistas de la antigua escuela que acaban las semanas con cien o más kilómetros, sino que vamos a preparar un plan integral en el cual trabajaremos tanto la carrera, como ejercicios de fuerza y propiocepción.

Ten en cuenta que son tan importantes los periodos de altas cargas como los de descanso, ya que si no introducimos periodos de descanso, podemos caer en el temido sobre-entrenamiento y todo lo que esto conlleva.

En cuanto a las competiciones previas, siempre dependerá del ritmo a las que corramos y el esfuerzo que suponga para cada deportista. Es recomendable participar en varias pruebas antes del día D, para aprender a controlar los nervios y coger experiencia en cuanto a estrategia de carrera, pero siempre que tenga un sentido lógico dentro de nuestra preparación.

Por último, estudia el recorrido, la meteorología y recopila toda la información que puedas ya que cuantos más factores se encuentren bajo tu control, mayores serán tus probabilidades de éxito.